Temporada 2003, la continuidad del concepto toro, por Victorino Martín García

La temporada 2003 tenía para la ganadería Victorino Martín el reto de aguantar con éxito la presión de aficionados y medios, presión que se produce por el hecho de estar arriba. Creo que hemos finalizado satisfactoriamente ese reto, que mantenemos el prestigio que tanto ha costado ganar y que, en líneas generales, no hemos defraudado las expectativas que, como digo, son cada día más altas.
Desde el punto de vista ganadero ha sido una temporada que consolida la regularidad que ya comenzó en 1995. Una regularidad que se manifiesta en el número de toros lidiados pero también y sobre todo, en el compromiso con las plazas más importantes y, por consiguiente, con los públicos más exigentes, como puede verse en las estadísticas 2003 que publicamos en esta misma página.
La temporada ha ofrecido una gran variedad de comportamientos, con algunos toros muy notables, pero siempre dentro de una misma filosofía que nos anima: el concepto toro. Es imprescindible para Victorino Martín que la integridad y la casta estén presentes porque es un criterio de selección inalterable en esta casa y porque es lo que esperan de esta ganadería los aficionados.
Otro de los factores importantes de esta temporada ha sido una transición en cuanto a los toreros que lidian nuestras corridas. Han llegado nuevos matadores que han sabido entender el encaste, que incluso han ido evolucionando con él a lo largo de la temporada. Además, y como ya es habitual en los últimos años, ha sido una ganadería para las gestas, para los compromisos fuertes