Carta abierta de Victorino Martín al director de Aplausos

Ante las opiniones aparecidas en los dos últimos números de la revista Aplausos, firmadas por su director, Salvador Pascual, Victorino Martín ha remitido la siguiente carta al también editor y propietario de la revista semanal.

Moraleja, 03 de septiembre de 2001

Señor Pascual:

Le remito esta carta, con ruego de publicación, para contestar el artículo firmado por usted, que con el título 4 orejas en 38 toros, se publicó en su revista el pasado día 27 de agosto y al artículo titulado El Patinazo de la Junta Administrativa de la Plaza de Bilbao publicado el 3 de septiembre.

Es evidente, números cantan, que la ganadería Victorino Martín es la que mayor número de toros ha lidiado en lo que va de temporada en plazas de primera categoría. Es evidente, también, que esta posición de privilegio se mantiene desde hace ya algunos años y que esta realidad molesta a quienes practican el clientelismo furibundo. Pero este liderazgo, evidentemente, no es casualidad sino el fruto de una trayectoria dura y difícil, de una forma de quehacer ganadero y, por supuesto, de la voluntad de las empresas y de los públicos a los que sirven.

El que durante la presente temporada se hayan cortado cuatro orejas a los 38 toros lidiados en España es, evidentemente, algo que se escapa a nuestra planificación y a nuestros propósitos. Influyen tal cantidad de circunstancias ajenas al ganadero en este hecho (toreros, públicos, presidentes…) que tanto podrían ser 12 como ninguna. En cualquiera de los dos casos quedarían en la memoria de los aficionados de Madrid, de Bilbao o de San Sebastián la presentación y el comportamiento de algún que otro victorino esta temporada. También, la forma en que torearon y emocionaron a los espectadores algunos toreros

Decir que la corrida de Bilbao fue una moruchada es, sencillamente, un disparate propio de su tendenciosidad y de su prepotencia. Negar que esa corrida tuvo presencia y casta, bravura fiera en algunos casos y extraordinaria nobleza en algún otro, es tanto como pensar que usted vio otra corrida. El que usted intente torpemente desacreditar la ganadería más premiada de la Semana Grande induce a pensar en los oscuros motivos que pueden guiar sus opiniones.

Dice usted que el prestigio conseguido por esta ganadería es producto del desconocimiento de los aficionados para lanzar después una teoría de chichinabo como que el toro de Victorino humilla porque no le queda más remedio al tener con frecuencia los pitones vueltos. Mueve a risa pensar que lleva usted tanto tiempo dilucidando como desprestigiar a esta ganadería para concluir en una teoría tan absurda. Le propongo que piense en que otra virtud de nuestros toros, la fijeza, puede ser consecuencia de algún problema genético. No me extraña que con informadores como usted tengamos una afición cada día más deformada.

Por otra parte, señor Pascual, el que la máxima figura del escalafón actual eligiera esta ganadería para un momento crucial de su temporada, que las circunstancias convirtieron en trascendental, es para nosotros motivo de orgullo y un argumento más para seguir manteniendo una filosofía ganadera parida hace más de cuarenta años. Hágale un favor a sus lectores y piense en alguna estrategia más inteligente para atacar nuestro prestigio. Mejor aún, vez la realidad y cuéntela como es.

Victorino Martín