Fallas 2005: Soberbio elogiado por su juego
viernes,
25
febrero
2011
REPERCUSIONES PUBLICADAS
ABC
EL MUNDO
EL PAÍS
LA RAZÓN
6 TOROS 6
APLAUSOS
MUNDOTORO.COM
BURLADERODOS.COM
Como pasa siempre con Victorino, la gente no se aburrió un segundo, aunque lo regular se vio mejor de lo que fue y lo bueno, superlativo. Zabala de la Serna.
Frente a toros como los de Victorino, con sus dificultades e insidias, es cuando hay que demostrar el magisterio. Quizás Encabo no sea todavía un maestro, aunque puede llegar a serlo. Ferrera tampoco es un maestro consumado y resolvió la papeleta con encomiable dignidad. Sale de esta Feria mejor de lo que entró y avalado, sobre todo, por su pelea con el sexto, el de menor trapío y más genio de la tarde....
Si en la mayor parte de los toros de Victorino Martín podían ayer estar divididas las opiniones del respetable, el segundo puso de acuerdo a todos, incluso al presidente que ordenó la vuelta al ruedo.... Extraordinario toro por ambos pitones, franca la embestida, humillando con fijeza. También Encabo respondió con generosidad y aun se creció en el manso quinto. Eso sí que es inventarse un toro, ahormarlo, corregir sus defectos; transustanciarlo, en suma. Javier Villán.
Luis Miguel Encabo le cortó una oreja al segundo de Victorino. Posiblemente, la oreja de mayor peso de toda la feria. Muy agresivo el toro en el tercio final, humillado bajo la poderosa muleta de Encabo, fue premiado con la vuelta al ruedo. Excesivo. No fue toro de tanto honor póstumo. Primero, porque manseó en varas, en las dos que tomó, y después porque escarbó más de la cuenta.
Toro de público. Ya fue repetidor en los quites de Encabo y Ferrera, el primero por chicuelinas y el segundo por verónicas, y en ambos casos trances muy ajustados. Encabo, siempre puesto muy de verdad, le pudo y le toreó. Fue un enfrentamiento de poder a poder. Muy bien toreado el toro. Sometido. Mano baja. Las series bien atadas. Siempre con emoción. Vicente Sobrino.
Al segundo toro de la tarde, al que recibió con el capote con valor y ganándole un paso tras cada lance, lo entendió, lo lidió, lo toreó y, por si fuera poco, se recreó con la muleta en algunos pases, para mí los mejores de las Fallas. Los muletazos iniciales ganando un paso adelante y llevando el engaño por debajo del pitón, de recuerdo. Desde largo, con la muleta puesta, sin inmutarse por las escarbaduras del victorino, esperó a pies firmes y a fuerza de templarse con la res logró dominar su violencia y hacer que sacara a relucir la casta y nobleza que tenía. Pero había que hacerlo. Y con la izquierda, bajó la muleta, no se la quitó de la cara y lo llevó largo y cada vez más templado. El toro respondía y el torero lo aguantaba. Aquello tuvo emoción, de la miedosa y de la artística, porque Encabo en algunos instantes se embraguetó y dejó que los pitones le rozaran los alamares. Así hay que estar si se quiere hacer millonario. El toro tenía mucho que torear y al final acabó por colaborar de forma sumisa: un regalo para el público. Juan Posada.
Pero hubo un torero que a la postre se ha convertido en el más destacado de la tarde y, muy posiblemente, de todo el ciclo fallero. Este es Luis Miguel Encabo, que hoy en Valencia ha dado una auténtica tarde de toros pese a cortar una solitaria oreja y a que el presidente ordenara de forma caprichosa dar la vuelta al ruedo al segundo de la tarde, circunstancia que para todo aquel que no viera el espectáculo pueda restar méritos al torero madrileño.
No dudó Encabo en echar las rodillas al suelo para recibir a sus dos toros y, más tarde, robarles lances por verónicas y digo robarles porque los dos toros se le revolvieron rápido, complicando la ejecución de las mismas. Intervino en todos los quites que le correspondieron, destacando en el tercio que protagonizó con Ferrera ante el primero de su lote. Con la muleta cuajó dos faenas sinceras y muy de verdad. Sereno, confiado y tratando de empujar los viajes que los toros no tenían. Su primero tuvo dos virtudes, la transmisión y el embestir humillado en sus cortas acometidas, mientras que al complicadísimo quinto le exprimió su media arrancada por el pitón derecho ya que por el izquierdo no hubo manera de ponerse delante. Rafa Carrión.
En Valencia se lidió una corrida difícil y dura, unos toros más toreables que otros, alguno sin posibilidad de lucimiento, otros rompiendo a embestir con transmisión, pero todos otorgando importancia a lo que con ellos realizaban sus matadores. Nadie se aburrió, puede que ser a un tópico pero así sucedió.
En el segundo de la tarde se picaron en quites Encabo y Ferrera, primero por delantales, después por verónicas y finalmente por chicuelinas. Tuvimos que esperar al último día de feria para ver un tercio de quites. Fue éste un toro con mucha transmisión, pues aunque manseó en varas y escarbaba antes de iniciar cada tanda, cuando arrancaba seguía la muleta humillado y con codicia las veces que hiciera falta. Fue un astado importante, pero no de vuelta al ruedo. Eso debe reservarse para los toros completos. Carlos Bueno.
No dudó el torero, y el toro, que se llamaba "Soberbio" e hizo honor a su nombre, rompió a embestir de escándalo, repitiendo incansable por abajo. Como nunca regaló una embestida el "victorino", pues siempre necesitó mando y determinación, y puesto que nunca dio un paso un atrás el madrileño, de la unión de un toro encastado y de un toro bravo surgió una faena intensa, que siempre fue a más, sin perder nunca la belleza del toreo emocionante. Un metisaca, anterior a una buena estocada, dejó el premio en una solitaria oreja. Al toro se le concedió la vuelta al ruedo, justísima si no tenemos en cuenta su comportamiento en el caballo. José Luis Ramón.
Fue en un segundo toro de corrida que en el caballo poco pero en quites, banderillas y muleta todo. Hasta escarbar con sorprendente frescura. Cuando se vino, lo hizo a toda marcha, por las dos manos y cada vez más y mejor. Encabo estuvo inspirado. Templado, intuitivo, dueño. Fue tan noble como bravo el toro, pero por eso, por bravo, no hubiera perdonado ni monsergas ni escondites. Barquerito
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EL MUNDO
EL PAÍS
LA RAZÓN
6 TOROS 6
APLAUSOS
MUNDOTORO.COM
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ABC, 21.03.2005.
GLORIOSO ENCABO CON UN VIVO VICTORINO
Como pasa siempre con Victorino, la gente no se aburrió un segundo, aunque lo regular se vio mejor de lo que fue y lo bueno, superlativo. Zabala de la Serna.
EL MUNDO, 21.03.2005.
EL HONOR RECOBRADO DE LA LIDIA
Frente a toros como los de Victorino, con sus dificultades e insidias, es cuando hay que demostrar el magisterio. Quizás Encabo no sea todavía un maestro, aunque puede llegar a serlo. Ferrera tampoco es un maestro consumado y resolvió la papeleta con encomiable dignidad. Sale de esta Feria mejor de lo que entró y avalado, sobre todo, por su pelea con el sexto, el de menor trapío y más genio de la tarde....
Si en la mayor parte de los toros de Victorino Martín podían ayer estar divididas las opiniones del respetable, el segundo puso de acuerdo a todos, incluso al presidente que ordenó la vuelta al ruedo.... Extraordinario toro por ambos pitones, franca la embestida, humillando con fijeza. También Encabo respondió con generosidad y aun se creció en el manso quinto. Eso sí que es inventarse un toro, ahormarlo, corregir sus defectos; transustanciarlo, en suma. Javier Villán.
EL PAÍS, 21.03.2005.
ENCABO, LA MADUREZ DE UN TORERO
Luis Miguel Encabo le cortó una oreja al segundo de Victorino. Posiblemente, la oreja de mayor peso de toda la feria. Muy agresivo el toro en el tercio final, humillado bajo la poderosa muleta de Encabo, fue premiado con la vuelta al ruedo. Excesivo. No fue toro de tanto honor póstumo. Primero, porque manseó en varas, en las dos que tomó, y después porque escarbó más de la cuenta.
Toro de público. Ya fue repetidor en los quites de Encabo y Ferrera, el primero por chicuelinas y el segundo por verónicas, y en ambos casos trances muy ajustados. Encabo, siempre puesto muy de verdad, le pudo y le toreó. Fue un enfrentamiento de poder a poder. Muy bien toreado el toro. Sometido. Mano baja. Las series bien atadas. Siempre con emoción. Vicente Sobrino.
LA RAZÓN, 21.03.2005.
ENCABO, TORERO IMPORTANTE EN VALENCIA
Al segundo toro de la tarde, al que recibió con el capote con valor y ganándole un paso tras cada lance, lo entendió, lo lidió, lo toreó y, por si fuera poco, se recreó con la muleta en algunos pases, para mí los mejores de las Fallas. Los muletazos iniciales ganando un paso adelante y llevando el engaño por debajo del pitón, de recuerdo. Desde largo, con la muleta puesta, sin inmutarse por las escarbaduras del victorino, esperó a pies firmes y a fuerza de templarse con la res logró dominar su violencia y hacer que sacara a relucir la casta y nobleza que tenía. Pero había que hacerlo. Y con la izquierda, bajó la muleta, no se la quitó de la cara y lo llevó largo y cada vez más templado. El toro respondía y el torero lo aguantaba. Aquello tuvo emoción, de la miedosa y de la artística, porque Encabo en algunos instantes se embraguetó y dejó que los pitones le rozaran los alamares. Así hay que estar si se quiere hacer millonario. El toro tenía mucho que torear y al final acabó por colaborar de forma sumisa: un regalo para el público. Juan Posada.
MUNDOTORO.COM, 20.03.2005.
"ENCABO" O EN GENERAL...
Pero hubo un torero que a la postre se ha convertido en el más destacado de la tarde y, muy posiblemente, de todo el ciclo fallero. Este es Luis Miguel Encabo, que hoy en Valencia ha dado una auténtica tarde de toros pese a cortar una solitaria oreja y a que el presidente ordenara de forma caprichosa dar la vuelta al ruedo al segundo de la tarde, circunstancia que para todo aquel que no viera el espectáculo pueda restar méritos al torero madrileño.
No dudó Encabo en echar las rodillas al suelo para recibir a sus dos toros y, más tarde, robarles lances por verónicas y digo robarles porque los dos toros se le revolvieron rápido, complicando la ejecución de las mismas. Intervino en todos los quites que le correspondieron, destacando en el tercio que protagonizó con Ferrera ante el primero de su lote. Con la muleta cuajó dos faenas sinceras y muy de verdad. Sereno, confiado y tratando de empujar los viajes que los toros no tenían. Su primero tuvo dos virtudes, la transmisión y el embestir humillado en sus cortas acometidas, mientras que al complicadísimo quinto le exprimió su media arrancada por el pitón derecho ya que por el izquierdo no hubo manera de ponerse delante. Rafa Carrión.
BURLADERODOS.COM, 20.03.2005.
ENCABO ¡MACIZO!
En Valencia se lidió una corrida difícil y dura, unos toros más toreables que otros, alguno sin posibilidad de lucimiento, otros rompiendo a embestir con transmisión, pero todos otorgando importancia a lo que con ellos realizaban sus matadores. Nadie se aburrió, puede que ser a un tópico pero así sucedió.
En el segundo de la tarde se picaron en quites Encabo y Ferrera, primero por delantales, después por verónicas y finalmente por chicuelinas. Tuvimos que esperar al último día de feria para ver un tercio de quites. Fue éste un toro con mucha transmisión, pues aunque manseó en varas y escarbaba antes de iniciar cada tanda, cuando arrancaba seguía la muleta humillado y con codicia las veces que hiciera falta. Fue un astado importante, pero no de vuelta al ruedo. Eso debe reservarse para los toros completos. Carlos Bueno.
6 TOROS 6, 21.03.2005.
GRAN TARDE DE ENCABO
No dudó el torero, y el toro, que se llamaba "Soberbio" e hizo honor a su nombre, rompió a embestir de escándalo, repitiendo incansable por abajo. Como nunca regaló una embestida el "victorino", pues siempre necesitó mando y determinación, y puesto que nunca dio un paso un atrás el madrileño, de la unión de un toro encastado y de un toro bravo surgió una faena intensa, que siempre fue a más, sin perder nunca la belleza del toreo emocionante. Un metisaca, anterior a una buena estocada, dejó el premio en una solitaria oreja. Al toro se le concedió la vuelta al ruedo, justísima si no tenemos en cuenta su comportamiento en el caballo. José Luis Ramón.
APLAUSOS, 21.03.2005.
ENCABO ENCUENTRA UN FILÓN
Fue en un segundo toro de corrida que en el caballo poco pero en quites, banderillas y muleta todo. Hasta escarbar con sorprendente frescura. Cuando se vino, lo hizo a toda marcha, por las dos manos y cada vez más y mejor. Encabo estuvo inspirado. Templado, intuitivo, dueño. Fue tan noble como bravo el toro, pero por eso, por bravo, no hubiera perdonado ni monsergas ni escondites. Barquerito